El maíz (Zea mays L.) es una especie monocotiledónea anual, perteneciente a la familia de las poáceas (gramíneas). Es originario de América. En España empezó a cultivarse en 1604, introducido en Asturias y Galicia por el almirante Méndez de Cancio. Durante el siglo XVIII el cultivo de maíz se difundió de forma gradual por el resto de Europa. Existen seis variedades fundamentales de maíz: dentado, duro, blanco o harinoso, dulce, reventón y envainado. El más cultivado de todos ellos es el maíz dentado porque cuando se seca la parte superior del grano adquiere la forma de un diente. El maíz es uno de los pocos cereales que no contiene gluten, por lo que es apto para celíacos y para las primeras papillas de los bebés. Es pobre en proteínas, pero a cambio contiene una buena porción de carotenos y de vitaminas del grupo B. El maíz se puede consumir en mazorcas hervidas o bien asadas; en grano suelto en lata para ensaladas o congelado como guarnición de carnes y pescados; en copos de desayuno; en harina, conocida como maicena, tan adecuada para pasteles y rebozados; en polenta, es el grano de maíz triturado hasta una consistencia de sémola, se usa para hacer croquetas y otras preparaciones tradicionales de Italia y de las Islas Canarias.
Las variedades cultivadas fundamentalmente para alimentación comprenden el maíz dulce y el reventador, aunque también se usan en buena medida el maíz dentado, el amilácea o harinoso y el cristalino. El maíz es muy versátil, sus granos tiernos pueden consumirse tostados o cocidos. Cuando están secos se transforman fácilmente en masa para tortillas o tamales. Crece tanto en altura como a nivel del mar y puede darse tanto en climas tropicales como en zonas frías de llanura o de montaña.
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